¡Hola a todos y bienvenidos una vez más a theworldoferidan.com!
Supongo que si habéis llegado hasta esta página sabéis mi nombre, pero, por si acaso, me presento para los recién llegados. Soy Naomi Fernández, la mente (maléfica) detrás de esta página web y las historias que se cuentan en ella. Hablar (o, bueno, en este caso, escribir) sobre mí no es mi punto fuerte, pero si estáis en este apartado supongo que es porque tenéis curiosidad y queréis saber más; espero, pues, que esto os sirva para conocerme un poquito mejor a mí y a las circunstancias que rodean la creación del universo de La Leyenda del Pigmalión.
LA LEYENDA DEL PIGMALIÓN: RAÍCES DE LA NOVELA
Siempre he sido un ratón de biblioteca. Leo mucho y desde muy pequeña, pero, sobre todo soy muy fantasiosa y tengo una imaginación bastante desbordante: si me paro a pensar, he estado inventando historias durante toda mi vida. Y supongo que, si combinas todo eso con una habilidad para expresarme a través de las palabras, pues es posible que fuese inevitable que acabara siendo escritora.
Ahora bien, ¿cómo empezó mi andadura? A los doce años empecé a escribir fanfics e historias cortas sobre mis personajes ficticios favoritos (que nunca abandonarán mi ordenador por ser demasiado vergonzosos), pero fue a los catorce, allá por 2011, cuando apareció en mi cabeza el primer germen de esta novela, y, con él, el primer y un poco desastroso documento de Word de La Leyenda del Pigmalión.
Es muy difícil para mí recordar cuál fue exactamente el momento en el que apareció esa semilla, por así llamarla: han pasado casi diez años y ahora me cuesta imaginar un punto en mi vida en el cual Evelyn, Andy y toda la cuadrilla no existieran. Me han acompañado durante muchas penas y alegrías, tantas que ya son prácticamente parte de mí. Recuerdo cuál fue la primera escena que pensé (no puedo revelar cuál porque es spoiler, pero cuando llegue el momento os contaré más), pero no sé cómo llegó a ser.
La historia comenzó a despegar y a tomar forma durante mi adolescencia, y, un año después de esos catorce que lo originó todo, empecé a escribirla, digamos “en serio”: cogí un cuaderno viejo e hice listas de personajes, árboles genealógicos y desarrollé puntos clave de ese relato que había empezado como una imagen en mi cabeza. No fue un camino de rosas, y esos primeros años tampoco fui muy constante, si debo ser honesta: los estudios me absorbieron y los problemas personales también, pero nunca pensé en abandonarlo. Lo tuve parado durante unos años, remodelando la historia y los puntos más importantes, estableciendo sus temas, cambiando las dinámicas entre los personajes, dándoles pasados, motivaciones y, por fin, encontrando un estilo con el que estaba contenta. Y poco a poco, página a página y palabra a palabra, ese relato acabó adquiriendo proporciones un tanto…épicas para una única novela, aunque, claro, mi yo de entonces no lo sabía.
SOBRE LA ESCRITURA, LAS PALABRAS Y LAS LETRAS
Lo cierto es que todo empezó siendo un hobby, algo que hacía para distraerme en mis ratos libres y simplemente porque me gustaba; a medida que ideaba y redactaba, se convirtió en una auténtica pasión, en una forma de vida. Escribía en hojas en sucio durante clases, en terrazas de bares y cafeterías, hasta altas horas de la noche madrugada…en resumen, en cualquier momento. Empecé y, desde entonces, ya no he podido parar.
Escribir, para mí, es algo catártico, necesario, imprescindible: prácticamente todo lo que escribo tiene un origen o forma un paralelismo con una situación que he visto o vivido, o es una metáfora sobre algo que me ha ocurrido y ante lo que no he sabido reaccionar, algo sobre lo que necesito reflexionar, algo que necesito comprender. Es mi manera de expresar lo que creo justo y denunciar lo que creo que no lo es, y, por supuesto, también es mi manera de, simplemente, pasar un buen rato, disfrutando con algo que me encanta hacer en cuerpo y alma.
Fue ese amor por la escritura lo que me llevó a hacer la carrera de Periodismo, aunque en un principio había pensado orientarme al área sanitaria; de hecho, llegué a hacer Bachiller de ciencias de la salud y todavía quedan muchísimos rescoldos de lo mucho que me gustaban en todo lo que escribo.
Y por fin, durante el verano después de mi primer año de carrera terminé el primer borrador del Pigmalión (concretamente el 3 de agosto de 2016).
Después vinieron dos años de correcciones, dudas y de miedos…sobre todo de miedos.

DEL PRIMER BORRADOR AL UNIVERSO ERIDAN
Mi primera intención fue mandarlo a una editorial cuando estuvo terminado, revisado y registrado, pero nunca he sido capaz de hacerlo. Y no he sido capaz…no sé muy bien por qué, la verdad. Puede que porque soy un poco obsesa del control y me da miedo perderlo con respecto a mis historias, mi mundo y mis personajes; puede que porque soy demasiado sensible y me asusta recibir críticas muy negativas, que me digan que no valgo para esto y no soy tan buena como yo creía. O, simplemente porque el Pigmalión es muy largo y tenía claro desde el primer momento que en cuanto lo mandase a una editorial tendría que dividirlo (con los riesgos asociados a ello, como que la primera parte no guste y queden descabaladas las otras dos de una historia que, por muy larga que sea, no deja de ser un único libro) o recortar escenas, palabras y detalles que hacen de la novela la historia que yo quería contar: con romance (mucho; no puedo evitarlo, soy una romántica sin remedio), con fantasía, con desarrollo de personajes e introspección.
Sea lo que sea, la cuestión principal es que siempre he estado dividida entre mi deseo a sacar mis historias a la luz y esos miedos. Y mientras me peleaba con ellos, acabé creando un universo entero, con raíces muy profundas, porque, simplemente, soy incapaz de estarme quieta. ¿El resultado? La Leyenda del Pigmalión, historias cortas sobre determinados personajes, sobre cómo llegaron a ser lo que son en la novela, los orígenes de Eridan, momentos perdidos y, finalmente, incluso una secuela que expande el “lore”.

Durante la crisis mundial del coronavirus, estuve recuperando un poco de la confianza en mí misma que había perdido durante mis años en la universidad, queriéndome un poco más y exigiéndome un poco menos, y esas reflexiones llevaron a lo que veis hoy en esta página. Llegué a la conclusión de que era una pena que todo esto se quedase en los datos de mi ordenador si, en realidad, lo que yo quería era compartirlo. Así, gracias al apoyo y los conocimientos web de mi novio, Jose Daniel Campos (@jodacam en Twitter), porque yo soy un auténtico desastre con las tecnologías, nació esta plataforma.
Y así hasta hoy.
PARA VOSOTROS
Personalmente, pienso que cuando, como escritores, como creadores de contenido en general, enseñamos al mundo lo que hacemos, deja de ser solo nuestro y se convierte también en algo de nuestros receptores. Lo hacen suyo, crean sus cábalas sobre los personajes, sobre el mundo, se implican con ellos y, sinceramente, me parece algo muy bonito. Así que, en realidad, este es mi mundo, pero ahora también es el vuestro. Y espero que os ayude y entretenga como lleva haciendo conmigo durante muchos años; espero que riais, lloréis y os enamoréis un poco de este mundo, de esta historia y estos personajes que significan tanto para mí.
Así que espero que disfrutéis de la lectura y, como siempre, ¡gracias por leer!
Naomi.